Comienza la mañana en la Vega de Granada, la luz en el campo es suave y tranquila esto hace que los colores del campo, de los chopos o de las montañas que rodean La Vega destaquen y cobren vida.
Algunos cortijos, están abandonados, una belleza decadente se filtra entre los días de luz y niebla, «día a día la luz siempre vuelve» y nos muestras infinitos regalos en ocasiones invisibles al ojo humano.
